ROMPIENDO UNA LANZA POR LA LIBERTAD. Por Efraín Campos
La degeneración progre lo cubre todo, ya ha llegado hasta nuestros amados tebeos. ¿Habéis visto la adaptación televisiva de The Sandman? Le han cambiado la raza a Muerte, Satanás es una mujer, Constantine ha sido sustituido por su bisabuela, ¡¡CON A!!!
Ya nada es lo que era, aquellos buenos tiempos, en la época dorada de los 70 y 80, donde lo Woke no existía. Recuerdo aquellos espectaculares números de La Patrulla X donde todos eran heterosexuales, blancos y temerosos de Dios…
Bueno, es cierto que hay varios números en que la ambigüedad sexual es más que sugerida: entre Tom el Negro y el Juggernaut había algo más que amistad, igual que entre Mística y Destino, aunque estoy seguro que eso que Claremont comentó alguna vez de que Picara era hija de esas dos mujeres, con Mística utilizando sus poderes para ser hombre… es imposible, una ida de olla… y si fuera verdad, no tendría nada que ver con una metáfora de los transexuales.
Es verdad que Marvel fue pionera en la introducción de personajes negros más allá de meras comparsas en los comics. Pantera Negra como ejemplo, o El Halcón; pero eso que se hace ahora de la inclusión forzada es llevar eso a extremos. Ni que un negro pudiera ser mandar en un reino superavanzado tecnológicamente y que dejase claro que no piensa plegarse a los deseos imperialistas de los EE. UU… Esto, bueno, vale… ¡¡¡¡pero también reniega de la URSS!!!!
Pero a la religión verdadera, eso sí que no se toca. Solo hay un Dios y en eso no hay dudas en nuestros amados tebeos. Lo de El Todopoderoso en las Secret Wars era una metáfora del poder, pero para nada de un ser supremo que rige nuestros destinos. Y todos los personajes eran cristianos, bueno, protestantes, que al final esto viene de donde viene, pero temerosos de Dios. Se cuelan algunas nativas americanas (Espejismo y Sendero de Guerra), católicas (Rhane y Banshee), judíos (Ben Grimm), Animistas (Tormenta y Pórtico), Ásatrú (Thor y el resto de dioses asgardianos), Dioses Griegos como Hércules… Pero dentro de un orden. Que sí, que Thanos se declaró Dios Supremo del Universo con las Gemas del Infinito, pero eso no tiene nada que ver con el Dios verdadero. A Kirby a lo mejor se le fue un poco la cabeza con eso de los Nuevos Dioses, pero nadie puede pensar que era una metáfora/crítica al proceso de nacimiento de una religión, ¿verdad?
Los que crecimos en los 80 y sobrevivimos, estábamos absolutamente atravesados por un montón de ideas en los tebeos de las que hoy se ha abierto un debate que está siendo utilizado por la extrema derecha para atacar los avances sociales de los últimos decenios.
Cada vez que sale una película nueva de pijameros con capa en el que la protagonista sea una mujer, las redes arden, incluso antes de poder ver el primer tráiler. Pasó con la Capitana Marvel. Para escribir este artículo me he visto varios videos y he leído varios artículos de gente autodefinidas como antiwoke, hablando de ella. No se lo recomiendo a nadie. Lo más suave es que la actriz no tiene culo, y a partir de ahí, ancha es Castilla. Inclusión forzada, dictadura del feminazismo que sustituye a queridísimo MarVell por una mujer, el Universo Cinematográfico Marvel se ha vendido a lo políticamente correcto…
Lo mismo pasó con Ms Marvel, Los Eternos, Hulka, Loki, Ojo de Halcón… prácticamente cada vez que un personaje mujer aparece en campaña, saltan las alarmas de los defensores de la pureza de los comics.
Obviamente se puede refutar todas y cada una de las críticas, pero, quitando el pequeño desahogo de las primeras líneas (que uno es humano a pesar de todo), creo que no es la mejor estrategia.
Me explico: el fascismo, que hoy parece emergente, juega con la provocación. Ataca donde sabe que nos duele, en este caso en personajes que queremos desde pequeños, y busca una respuesta emocional por nuestra parte. Y cuando picamos, han conseguido su objetivo: amplificamos su mensaje y damos la impresión de ser débiles frente a sus argumentos.
Porque, además, y esto es difícil de aceptar, todos tenemos un pequeño fascistilla dentro. La discusión con el fascismo lo legitima, abre pequeñas grietas en la sociedad que saben aprovechar perfectamente.
Os pongo un ejemplo, el otro día escuchaba un podcast del que soy superfan, que comenta películas y aporta datos muy interesantes. El presentador, Luis, es un tío bastante normal, suele intentar no meterse en política, pero se le ve una caída de izquierdas, o al menos progresista. Pues bien, el otro día salió de casualidad en medio de una conversación la película de Barbie y el dijo que le parecía horrorosa, porque todos los hombres que salen hacen el papel de tontos. Para mí es bastante obvio que es algo buscado, poniendo en solfa todas aquellas películas en las que las mujeres han jugado ese rol; Lo sorprendente es que alguien como Luis, con una cultura cinéfila con la que yo no puedo ni soñar acercarme, no lo haya pensado (o al menos no lo haya dicho). Y me da por pensar, ¿a mí me fastidia también ese papel de los hombres? Y creo que no, pero puedo entender que sí lo haga a ciertas personas. Y esa grieta, es espacio abonado para los ultras. El siguiente paso es que esa película se ha hecho porque lo ha exigido la dictadura progre, y es un paso lógico después del primero; y a partir de ahí, todo va en cascada.
Hoy, la cultura popular que encarnan los tebeos es un campo de lucha ideológica, como el cine, la música, la literatura… La ofensiva está siendo dura, pero la gran mayoría aun permanece dentro del bando correcto, el que defiende el derecho de cualquiera a ser como le de la gana y la necesidad de entender a la humanidad como un colectivo en el que todas nos necesitamos.
Y yo creo que la desarticulación del discurso de odio pasa por su ridiculización. Todos sabemos que Abascal es el típico chaval que en el instituto era el rarito; ese que de vez en cuando cantaba el Cara al Sol y hasta los profesores lo miraban raro. Después se puso a hacer pesas y comprarse camisas tres tallas menos de las que necesitaba. Y otros raritos empezaron a aplaudirle. Y ahora da miedo, no porque sea muy listo, si no porque demasiada gente ha creído que su discurso tiene algún sentido. Como dice el gran Enrique del Teso, los fachas necesitan provocar y que se les responda con rabia, porque si no, queda a la luz que no son más que unos payasos.
La sociedad española necesita hoy mucha gente que sea capaz de lanzar un discurso que afiance derechos en vez de frenarlos. Somos más y tenemos la razón de nuestro lado, pero no podemos dejarlo pasar más.
Hoy vemos como Superman (su hijo, en realidad) se declara abiertamente bisexual, Grant Morrison desarrolla personajes que superan los estereotipos de género, la diversidad racial es la norma en las distintas editoriales. No perdamos este tesoro. Porque como desgraciadamente nos enseñó un militar con voz de pito y con un solo huevo, cuando se pierden libertades, es muy difícil recuperarlas.