IDLES: la alegría como acto de resistencia
“Nuestras letras no hablan de amor y romance, eso lo hace todo el mundo. Nosotros hablamos de los ocurre en nuestras vidas, de lo que pasa en la calle, de los problemas que nos ocurren cotidianamente” Así de contundente se expresa Gene October, vocalista de la banda británica Chelsea, en el documental alemán Punk in London, rodado en 1977 y recientemente colgado en la plataforma Netflix. Palabras que podrían parecer de un pasado ideal y a rescatar en unos tiempos, los actuales, en los que la música masiva vuelve a abusar de tópicos manidísimos, no aporta nada, se basa en una cultura del usar y tirar cada vez más vertiginosa y ensalza, en algunos casos, el machismo más casposo y el culto al dinero y al éxito a cualquier precio.
En las palabras que inician este texto podría encajar perfectamente la banda británica IDLES. A punto de editar su cuarto Lp, rehúyen todos los tópicos y escapan de los productos manufacturados y promocionados masivamente por las plataformas audiovisuales y en nómina de las tres grandes multinacionales de la música. No son marginales: allá por donde tocan mueven a centenares de personas que darian su vida por IDLES. Y no son estrellas del rock al uso. En el reciente documental “Don’t Go Gentle”, dedicado al grupo de Bristol, si algo que llama la atención es el aspecto tan radiante como personas absolutamente normales. Egos bastante controlados, poca pretenciosidad y una honestidad brutal a prueba de bombas. Joe Talbot, su vocalista, podría pasar por tu repartidor de Amazon si quisiera.
No hemos hablado de la música de IDLES. No es fácil para según qué oídos poco experimentados. Se trata un sonido abrasivo, duro, con un bajo y una batería martilleantes acompañados por guitarras disonantes y unas letras más que politizadas cantadas a grito pelado por Joe Talbot. No hablamos tampoco de cacofonía: las canciones de IDLES acaban siendo memorables tras varias escuchas y tras metabolizar las consignas y letras encuadradas en ellas. No es hardcore, no es indie rock, no es postpunk y puede que sea un poco todo de eso a la vez. Contrariamente a lo que dice el cliché del punk más inconformista, las canciones de IDLES no son un “jódete” o un “No me importa”. Paradójicamente llaman a la unidad, al inconformismo, al construir comunidad y lazos mutuos. Quizás sí hablan de amor, pero no en un sentido romántico, sino de construcción de vínculos en un mundo cada vez más segmentado y atomizado en competición permanente. Que uno de sus canciones más celebradas tenga como título uno de los mejores amigos de Joe Talbot -el inmigrante ucraniano Dani Denelko- y que en sus letras haga un alegato contra el nacionalismo y el racismo rampante en el Reino Unido del Brexit es ilustrativo de esto. Que varios miembros del grupo se definan abiertamente como “socialistas” y que el típico club de fans al uso sea una comunidad de apoyo mútuo y hermandad como es “AF Gang” es otro dato nada anécdótico.
A pocos días de la aparición de su próximo disco y tras 10 años fulgurantes de carrera, IDLES rompen con demasiados prejuicios y clichés preconcebidos. Se puede seguir haciendo música apasionante con dos guitarras, bajo y batería y que no te llamen antiguo o desfasado. Se puede tener éxito y seguir siendo el mismo tipo que eras. Se puede hacer letras sobre la lucha de clases y no quedar como un panfletario de alguna secta trotskista. Se puede dar una patada a todo el idiotizante mainstream musical por tus propios medios y abrir brecha. Se puede hacer letras de cómo quieres a tu gente y que no te suba el azúcar. Se puede hacer letras atacando la masculinidad tóxica y el machismo y que suenen honestas. El momento para descubrirlos es ahora, y no dentro de diez años recordando “aquellos tiempos”.
Discografía
- Brutalism (2017 Bally)
- Joy as an act of resistance (2018 Partisan Records)
- Ultra Mono (2020 Partisan Records)
- Crawler (2021 Partisan Records)