Las Canciones del Agua. Los Planetas
Para mi la música es memoria, es constante transformación para volver a la base desde otro lugar. Desde la reivindicación, desde el inconformismo.
Para mi decir Los Planetas es decir Música.
Esta expresión que sé, puede levantar miles de comentarios en contra y encontrados, es la que voy a intentar desgranar quitándole el prefijo des al verbo.
Tuve la suerte de que los que me descubrieron su música eran y son amantes de la música. Con ellos aprendí a escuchar sonidos diferentes, a disfrutar de conciertos insospechados, a encontrar en cada sonido una oportunidad.
Antonio Arias, cantante de Lagartija Nick, dijo una vez que el rock de Graná suena como el Darro a su paso por la ciudad. El lo dijo de una forma más poética y musical, claro.
Hoy os traigo su último disco para abandonarnos voluntariamente en ese cauce del Darro.
Las Canciones del Agua, su último disco, no tiene ni un solo recoveco donde las notas sean casuales o sin sentido.
Nada más soltar la aguja (para los más modernos, aunque hoy en día mucha gente vuelva a tener un tocadiscos) nos encontramos con El Manantial. De nuevo el grupo elige musicar la letra de un poema de un autor, esta vez es un poema de Lorca que rondaba la cabeza de Jota desde hacía 9 años. Es la canción más larga publicada en un disco pero al contrario de lo que pudiera parecer de primeras, no puedes dejar de escucharla en bucle.
Como si nos desperezáramos poco a poco el segundo tema nos mueve a un ritmo que nos pudiera recordar a Grupo de expertos sol y nieve, grupo formado por Jota, Victor Lapido (ex 091 y actualmente en Lagartija Nick y en solitario como El Hijo Ingobernable), el batería Antonio Lomas y el bajista Miguel López (Lori Meyers). «Se quiere venir» es una versión del Granaino Khaleb del grupo de trap Pxxr Gvng. Sin duda esta versión suena a Los planetas y a la vez demuestra el gusto de Jota por escuchar ritmos nuevos.
Ya con los brazos y las piernas desentumecidos las palmas de las manos se juntan para seguir el ritmo del tercer tema «Alegrías de Graná». El saber por el flamenco tuvo en Los planetas su momento álgido en un discazo cuyo nombre recordaba al disco que hizo leyenda, parafraseando a su título «la leyenda del tiempo», estoy hablando del disco «La leyenda del Espacio». En ese disco recogen y versionan temas de Caracol, Antonio Mairena, José Meneses, el propio Camarón o Morente. Volviendo a «alegrías de Graná», Jota utiliza frases del cancionero popular y lo versiona en rock añadiéndole el sonido de un guitarrista flamenco como es Edu Espín, que es el hijo de Carmen Linares y que trabaja mucho con Soleá Morente.
Una vez en este punto del cauce, ya no hay excusa, ya hay que moverse para que las piedras no te hieran. Entre sonido de guitarras se empieza a escuchar una letra que parece sonarnos y que hay un punto donde sorprendidos vamos a mirar si es verdad y si, es «La morralla», una copla de Carlos Cano que reparte como solo el lo sabía hacer. Una copla social que define como ven el mundo desde arriba las llamadas clases dominantes.
El cauce nos da un nuevo respiro al cuerpo aunque no a la cabeza ni por ende a los pensamientos. Cuando nos damos cuenta, hemos desembocado en una nueva ciudad cuyos recovecos no controlamos. Estamos en la segunda parte del disco, la de nuestra posición en el mundo.
«La nueva normalidad» con su ritmo hipnotizador, nos invita a levantarnos devolviendo su nueva normalidad, la de los hipnotizadores, a una normalidad en la que seamos nosotros los despiertos y ellos los hipnotizados.
Los meandros son pronunciados y o estamos atentos o el golpe puede ser mortal. «El negacionista» es el reflejo de un compromiso con lo que te rodea, con estar presente y tomar decisiones para arreglar lo que está mal, sin excusas.
Y vuelta a la pausa, el cauce parece tranquilo aunque hay grandes piedras que podemos esquivar, otras pequeñas nos pueden hacer caer. La letra de «EL Rey del España» nos enfoca a las cosas importantes para no ser tratados como la morralla de la que hablaba Carlos Cano.
De nuevo las piedras aumentan y los meandros se pronuncian y al siguiente instante se relajan. Así es el sonido de » El Apocalipsis Zombie». No entendemos que nos rodea con tanta imagen que nos confunde.
Y al fondo vemos la orilla donde podemos llegar con el ritmo elegido, con unas aguas calmadas. «El antiplanetismo», una canción que nos dice que no todo vale.