EL CAPITÁN AMÉRICA Y EL SUEÑO AMERICANO (I) LA MUERTE DEL SUEÑO

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EL CAPITÁN AMÉRICA Y EL SUEÑO AMERICANO (I) LA MUERTE DEL SUEÑO

La construcción de una nueva moral, al igual que el de una nueva ética, es imprescindible para un cambio social, de un sentido u otro; y en esto tiene mucho que ver las historias que nos contamos o nos cuentan.

Cuando las primeras personas llegaron al continente americano, no es difícil imaginar que las historias que se contaban al calor de una hoguera en mitad de una enorme llanura, serían sobre algún valiente que se atrevía a abandonar su hogar para llegar a un mundo nuevo donde la caza sería abundante y los árboles darían frutas espectaculares y exóticas; se enfrentaría a miles de peligros, animales desconocidos y peligrosos, pero siempre saldría victorioso.

Nos contamos las historias que necesitamos, y, en una cinta de Moebius infinita, las historias nos hacen ser lo que somos, como hemos repetido hasta la saciedad en esta serie de escritos.

Hoy, en un mundo donde los ritos y lo supraterreno no están en boga, el camino del héroe es la principal estructura de las historias (otro día comentaremos en que consiste con detenimiento), porque nos viene a contar como se pasa de una etapa de la vida a otra: de niño a adulto, de hija a madre, de cultivador a cazador. Como no tenemos ritos de paso, queremos historias que nos expliquen el proceso y, de alguna manera, ponernos en la piel del protagonista, para así vivirlo de alguna manera.

Cada época tiene sus historias, y, según la época, serán esperanzadoras o crearán desazón en el corazón del que las escucha, serán alegres o tristes, hablarán de otros mundos o de la realidad cotidiana… Por poner un ejemplo, el cuento de Caperucita Roja, me apuesto mi colección de Spiderman, surgió en un momento de incertidumbre histórica, donde teníamos que aprender a ser más precavidos, imagino que porque se produjo alguna hambruna y los asaltantes de caminos proliferaron (esto es totalmente inventado, no conozco los datos concretos, pero estoy convencido que, si no fue eso, debió ser un suceso análogo).

Así que cuando Steven Englehart, allá por los 70……

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